lunes, 9 de febrero de 2009

AL capitulo IV

Habían pasado un par de meses desde que fui al lugar para ver si encontraba al “chaparrito, bonachón, bigotón”, la luz neón de un letrero que dice abarrotes el “Güero” me da en el rostro y me despierta tal como lo hace cada noche desde hace 6 meses lo único que conozco es el cálido destello de mi pistola cada vez que hago volar a alguien.
El diablo es traicionero, me prometió que tendría mi venganza pero en vez de eso me ha dado una serie de órdenes que me entrega Alastor para que vaya a matar a hombres que han vendido su alma, ya es costumbre ver a Abraham llevándose el alma de esos hombres directo al infierno.
Hace dos meses no me he encontrado con Loreta, solo me llama ocasionalmente para saber si estoy vivo, se ha vuelto una costumbre…, veo mi reloj y son las 3 de la mañana cuando Alastor toca a mi puerta, me paro a recibirlo y tiene un sobre rojo en la mano diferente al que usa para entregarme las órdenes de asesinato.
Me dijo -mañana será tu gran noche prepárate AL- enseguida que me dio el sobre se desvaneció en el aire, deje el sobre en la mesa y me fui a dormir, a la mañana siguiente le marque a Loreta y me mando a buzón lo cual era raro por que cuando yo le llamaba siempre me contestaba.
A la media hora me marcaron a mi celular y era Loreta pero cuando conteste me habló una voz extraña diciendo- tenemos a tu amiguita, si quieres volverla a ver ven al monumento a la revolución a la media noche, no llegues tarde imbécil.
Apenas se corto la llamada tome una ducha, me vestí y me dirigí al lugar, desde la azotea de una de las vecindades me quede observando, ya bien entrada la noche llegaron tres coches Mercedes-Benz color negro de los cuales se bajaron cuatro tipos muy bien armados de cada uno de los coches, no había ni un policía a un kilometro de distancia.
Eran las 11:30 de la noche; la hora se aproximaba, me tome mi tiempo para verificar mi arma y las municiones que traía y una vez más pensé “no hay un hombre más peligroso que el que no tiene nada que perder”, llegue a las 11:55 al monumento a la Revolución, y para mi sorpresa de uno de los coches se bajo el “chaparrito, bonachón, bigotón”, enseguida supe que era el por la manera en la que caminaba por que cojeaba por la pierna que le corte aquella vez.
Se dirigió a mi diciendo-Al verdad?- a lo cual yo respondí- alguien más aquí se llama Al? imbécil, el rió y con un ademan ordenó que bajaran a Loreta del auto, estaba amordazada y algo golpeada pero no mucho, saque un cigarrillo de mi saco, lo cual desconcertó a los guardias de este tipo, lo prendí y le pregunte- dime ¿cuál es tu nombre?, dijo- mi nombre es Larry.
Apenas escuche su nombre le dije- mira Larry, te puedes considerar afortunado ya que si bien tienes a mi amiga, que igual me importa un comino si se muere; te propondré un trato, si la sueltas no te matare esta noche, de no ser así voy a tener que matarte y a todos los patéticos mediocres que tienes por guardias.
Larry me miro y puso una extraña sonrisa y me dijo en un tono bulón- ¿matarme? Ha ha ha ha, no me hagas reír-, todavía no había acabado de reír cuando desenfunde mi arma y le metí un tiro en la cabeza al guardia que estaba junto a él, le dije- suéltala porque esta bala es para ti si no lo haces.
En vez de soltarla ordeno a sus guardias que me dispararan, no tardaron ni tres segundos cuando estaba cubriéndome de las balas de los AK- 47 que llevaban esos tipos, cada uno de ellos descargo totalmente sus armas hacia donde estaba yo, me incorpore, apunte hacia ellos y comencé a caminar, no podía darme la oportunidad de errar ni un solo tiro por que solo llevaba un cargador de repuesto así que dispare rápidamente a cada uno de esos perros mientras iba caminando, en medio del tiroteo le dispare al guardia que tenia sujeta a Loreta liberándola y le grite que corriera, Larry saco su arma y comenzó a dispararme así que también le metí un tiro en la panza, el tiroteo seguía mientras que yo solo sentía como las balas atravesaban mi carne.
Y por un minuto me permití sentir el suave beso del plomo y desear que una bala de esas me diera muerte pero no fue así, yo seguía disparando y los cuerpos de sus perros seguían cayendo al suelo agonizantes, una vez que estuve frente a Larry le apunte con mi pistola y le dije- arrodíllate- con la cara toda sudorosa sintiendo la muerte cerca me dijo ya con la respiración muy agitada- no me mates hare lo que tú quieras, en serio que quieres, dinero, mujeres; tengo chicas más bonitas que tu amiga, te puedo dar todo lo que quieras lo que te puedas imaginar, yo jale el martillo de mi arma y le dije- puedes devolverme a mi familia?- en ese momento abrió los ojos y me dijo – mira lo de tu familia se salió de control fue una prueba para entrar en la organización, ellos me dijeron que si no lo hacía iban a matarme porque sabía demasiado, ja ja puedes creerlo me dijeron eso, por eso lo hice.
En un tono de curiosidad le conteste- digamos que te ceo y te mato, problema resuelto, pero algo me huele muy mal y voy descubrir que es y a que no adivinas quien es la rata que me lo va a contar-, -quien, ¿yo?-, -así es, levántate y metete en el auto vamos a dar un paseo-, -¿y a donde vamos?-, me le acerque a la cara y le dije “al infierno”.
Le di un golpe a la cabeza que lo dejó inconsciente y lo subí a mi auto, lo deje encerrado y me dispuse a buscar a Loreta, escuche unos gritos que venían de uno de los callejones aledaños y había un par de vagos que intentaban violarla, saque mi arma y sin más le dispare en la cabeza a uno de ellos, al instante cayó muerto y su amigo al verlo salió corriendo así que le disparé en una pierna y cayó al suelo lloriqueando, me dijo – no me mates por favor tengo esposa e hijos-,yo le dije –claro yo soy un ángel misericordioso que bajo del cielo para ayudarte jaja, no muchacho ni un ángel te salvaría de esto-, apenas apretaba el gatillo cuando Loreta me grito ¡espera!, yo mire hacia atrás y vi como su esbelta figura se incorporaba del suelo y caminaba hacia mí, me dijo si lo matas te van a dar de 10 a 20 años (me arrebato la pistola de las manos y le apunto) pero si yo le disparo a este malnacido no me va a pasar nada porque conozco a todos los jueces de la zona-, dirigiéndose al vago le grito ¡¿te gusto tocarme cabrón?!, apenas dijo eso se escucho un grito ensordecedor del vago que solo fue callado por el disparo de mi arma la cual lleno de plomo el cuerpo del vago, la tome en mis brazos y nos dirigimos hacia mi auto, y le dije a Loreta - vamos a ir a mi casa a hacerle unas preguntas al imbécil éste, vigílalo y si hace cualquier movimiento extraño mátalo.
Ella tomo el arma, me miró y le apunto a Larry, lo único que atine a decir en ese momento fue – es bueno verte otra vez-, ella esbozó una sonrisa y se volteó para vigilar a Larry.

CONTINUA... CAPITULO V