Capitulo III
Al abrió los ojos, sentía la cabeza como si lo hubiera golpeado un martillo gigante, se sentó en el suelo, volteo a la derecha y Alastor estaba sentado en una silla pero había dejado su forma terrorífica que él había conocido, ahora era un hombre rubio vestido con un traje negro y le dijo –buenos días Al; recordaras que soy Alastor y estoy aquí no porque quiero, estoy aquí por ordenes del diablo, me ordenó cuidarte y darte todo lo necesario.
Al le miró enojado y contesto – lo primero que voy a necesitar es dinero, lo segundo un auto, que se puede pagar con dinero y por ultimo armas; muchas armas para patear el trasero de ese infeliz- Alastor contestó – muy bien esta hecho, solo espero que el alma que nos vas a mandar sea realmente perversa, el diablo no se toma las molestias que ha tomado contigo.
En un momento Alastor despareció y Al se levantó del suelo, llevaba las mismas ropas manchadas de sangre de su esposa y sus hijos, la sangre le parecía fresca y empezó a buscar un cambio de ropa en la casa en la que había despertado encontrando un ropero viejo de aspecto lúgubre, lo abrió y encontró un traje Armani de color negro.
Se metió a la regadera para lavarse las machas de sangre, cuando termino de ducharse se puso el traje que le sentaba muy bien, se puso zapatos un poco de loción que había por ahí, él iba saliendo del cuarto cuando tocaron a su puerta, preguntándose ¿Cómo era posible que alguien conociera su nueva dirección?, abrió la puerta y era un niño que traía un paquete en los brazos y le dijo que un señor muy amable vestido de negro le pago para que le entregara este paquete.
Al ya sabía que el paquete se lo mandaba Alastor por lo que lo acepto y despacho al niño, puso el paquete en la mesa lo abrió y era un arma (una pistola desert Eagle .45 plateada) que en el cañón tenía una inscripción que decía “El buen pastor”.
Dejó el arma en la caja de salió de su casa, camino algunas cuadras viendo que podía conseguir de comer, llego a un restaurante no muy lujoso y pidió un platillo muy especial para el filete de res con salsa bordalesa el mejor platillo que se esposa podía preparar pero Al necesitaba recordar, necesitaba sentir las llamas de la venganza dentro de él, en cada bocado que tragaba recordaba sus hijos, las noches interminables en que le hacía el amor a su esposa, al terminar su plato se quedó sentado, quieto, sin hacer ningún ruido o movimiento alguno; solo quería gozar del calor que surgía desde sus entrañas y se apoderaba de todo su cuerpo.
Después de un rato Al salió del lugar y empezó a caminar pensando en la manera de cómo podría encontrar a ese sujeto que le había arruinado la vida por completo, el estaba tan concentrado que no se fijó por donde iba y tropezó con una mujer que de igual manera iba distraída caminando muy aprisa ocasionando que ella tirara su bolso y todas las cosas que traía dentro.
Apenas se dio cuenta de lo que había pasado rápidamente se agacho para ayudarle a recoger sus cosas y ella también se agacho, mientras los dos estaban reparando ese desastre Al tomo una tarjeta por curiosidad y la leyó la tarjeta decía “Lic. Loreta Rivas” en seguida alzó la mirado y quedo perplejo ante la belleza de esta mujer de ojos verdes, cabello castaño claro, piel apiñonada y un cuerpo hermoso.
Una vez de pié los dos le pidió disculpas que ella amablemente acepto y dijo “no te preocupes son cosas que pasan, también es mi culpa por venir distraída, veo que ya leíste mi nombre en la tarjeta así que ahora dime cuál es tu nombre”, el que contestó que su nombre era AL.
Él le pregunto ¿en que trabajas? Y ella le dijo que era abogada y trabajaba en una firma muy respetada, que si algún día se le ofrecía alguna cosa que le marcara y que conservara la tarjeta; se despidieron y Al se quedo parado ahí contemplando cómo esta maravillosa mujer se iba caminando.
Devuelta en su casa Al no podía sacar de su mente a esta mujer y decidió marcarle, enseguida ella respondió el teléfono y Al dijo- hola, soy el tipo que conociste hoy en la tarde y pues bueno no quiero que pienses que me metí en algún problema, lo que pasa es que apenas llegue a la cuidad y me gustaría conocer el lugar, que te parece si te invito a cenar a un bonito lugar que tu elijas- ella amablemente respondió- pues…..no lo sé apenas te conozco pero esta bien te veo mañana a las seis de la tarde justo donde hoy nos encontramos te parece bien?- el dijo- por mi está bien, te veo mañana.
Al colgó el teléfono y se dispuso a dormir; a la mañana siguiente salió a la calle a comer y a conseguir una sección amarilla para ver si podía localizar el numero de la agencia de auxilio vial que le mando la maldición a su vida, pasó todo el dia intentado localizar ese número pero todo el esfuerzo fue en vano, pasó el tiempo y el reloj marco las seis de la tarde y Al se dirigió al punto de encuentro.
Una vez ahí se encontró con Loreta que lucía igual de hermosa y se fueron a cenar una vez en la cena se empezaron a como conocer hablando de esto y aquello, al cabo de un rato Al no pudo dejar de ver a los ojos a Loreta estaba fascinado con su belleza pero entonces ella dijo algo que a él le sorprendería- como una vez un cliente que llego sin una oreja, era así como chaparrito, de aspecto bonachón y bigotón.
Al se sorprendió y pensó “que pequeño es el mundo” y le dijo- no pienses que es descortesía pero háblame más de ese chaparrito bigotón me da mucha curiosidad- y ella le platico acerca de él, que después de que llegó con Loreta a pedir asesoría legal porque según él había sido víctima de un asesino psicópata, pero que meses después el se había metido en una organización delictiva logrando en muy poco tiempo ser un importante cabecilla.
Al pensó que ella sería de mucha utilidad así que la invito a tomar un trago a su casa y ella encantada aceptó la invitación, una vez en su casa al le dijo- tengo algo que decirte, ese gordito bonachón no fue la víctima, mi familia fue la que pago sus chistes mortales, el entro a mi casa, mato a mis hijos y a mi esposa y después ya que yo le iba a dar muerte llegaron unos policías y me acribillaron a tiros.
Loreta lo miraba con una sorpresa tremenda y le pregunto ¿entonces tu debes estar muerto o cómo fue que sobreviviste?- Al dijo- no sobreviví, fui a dar al infierno y aunque no lo creas así es como pasó, por favor necesito la dirección de este tipo, te lo imploro Loreta fui al infierno y regrese solo para vengarme.
Loreta comenzó a llorar y con lagrimas en los ojos lo besó y le dijo- no creo ni una sola palabra de lo que me estás diciendo pero voy a ayudarte, eres un hombre bueno y ese desgraciado a lastimado a mucha gente y la firma siempre a sacado du trasero de la cárcel esta es la dirección donde puedes encontrarlo “Av. Presidente Juárez No.35”
Al quedó consternado ante el beso pero nada lo detendría asi que se incorporó y llevó a Loreta a su casa, se despidió de ella prometiéndole que en la mañana le marcaria, al regresó a su casa preparó su arma y se dispuso a dormir con el fuego en las entrañas y la sangre caliente.
CONTINUA... CAPITULO IV
domingo, 19 de octubre de 2008
sábado, 4 de octubre de 2008
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