Estábamos sentados uno frente al otro, yo tenía la sensación de haber visto a este hombre solo que no lograba recordar donde lo había conocido, así que le pregunte:
- te conozco de algún lado Al?
- no lo sé Abram, tu rostro me parece familiar.
En un segundo abrió los ojos y se levanto diciendo, eres ese joven que me encontré en el estacionamiento, ¡tú!, ¡maldito! ¡Si no me hubieras ayudado seguiría vivo!, estaría con mi familia, ¡mi familia estaría viva!, ¡todo es por tu maldita culpa gusano miserable!
Apenas acabo de decir esto se lanzo sobre mí y comenzó a propinarme tremenda golpiza, solo podía sentir sus puños golpeado mi rostro con una fuerza asesina, tarde un poco en reaccionar para poder quitármelo de encima, lo empuje y el callo en el suelo, se sentó y con lagrimas en los ojos me pregunto ¿Cómo pudiste hacerme esto?, ¿hacerle esto a mi familia?.
Yo solamente me quede parado, atónito de su reacción, me senté en mi vieja banca de roca y le pedí que se calmara y me contara lo que le había pasado, Al sé seco las lagrimas del rostro, se sentó frete a mí en su banca de roca y comenzó a contarme lo que le había sucedido.
Al salir del restaurante me diste el teléfono de la grúa para que viniera por mi coche después te despediste de mi y te fuiste, al poco rato llegó la grúa, de ella se bajo un agradable gordito bonachón, bigotón, engancho el auto y me levó hasta mi casa, una vez ahí, me disponía apagarle por los servicios que me había prestado cuando de pronto saco una pistola y le apunto a mi esposa y me dijo- mire amigo solo quiero las cosas de valor y tal vez algo de comida, así que habrá su casa y déjeme pasar.
Y así lo hice, abrí la puerta de mi casa y todos entramos, sentó a mi esposa con mi hija en brazos y mi hijo en el sillón, a mi me apunto con el arma y se dirigió a mi esposa diciendo – señora, no haga nada estúpido o su esposo va a morir; yo le dije a mi esposa que se tranquilizara que no iba a pasar nada, que todo iba a estar bien.
Pero los planes del tipo no eran esos, subimos las escaleras y fuimos a mi habitación donde guardaba todas las joyas de valor, el dinero, todo; una vez que lo tuvo todo, bajamos las escaleras y le dijo a m esposa que cocinara algo rico que el nunca hubiera probado y que si no le gustaba iba a matar a mi hijo.
Mi esposa se metió a la cocina y comenzó a preparar filete de res con salsa bordalesa, era su platillo especial, el tipo comenzó a husmear en la casa y observo mi cava donde guardo mis más finas botellas, tomo una botella de coñac y la destapo, no se sirvió en un vaso, bebió directamente de la botella y me dijo que tenía un gusto muy refinado pero para el todo sabia a mezcal y pensé, maldito desgraciado ojala supieras lo que estas bebiendo.
Rato después mi esposa termino de cocinar y puso un plato en la mesa y el tipo dijo ¡caray! esto está de lujo pero ya lo había probado en un italianni’s, claro que ahí no estaba tan bueno pero ni modo ya lo había probado, observó a mi hijo y le dijo, ni modo niño es hora de morir, tomo a mi esposa del cabello y yo me levante queriendo matarlo y me disparo en una pierna yo, yo caí al suelo y vi como se llevo a mi esposa frente a mi hijo que estaba inmóvil en el sofá, lo único que atino a decir fue – no te preocupes mamá, tu comida es la mejor, apenas dijo eso; el tipo le disparo en la cabeza, lo único que me consuela es que no sintió dolor alguno.
Mi esposa se desplomo en el suelo, el tipo le dio la espalda y mi esposa se incorporo sin decir nada y lo observo, el se percato de ello y mi esposa sin pensarlo se abalanzó sobre él pero poco pudo hacer porque él le disparo en la pansa, como pude me arrastre en el piso, la tome entre mis brazos y le dije – ya todo está bien pronto estarás con nuestro hijo, ella con lagrimas en los ojos me dijo – ¿que hicimos Al?, apenas terminó de decir eso murió, mi hija pequeña comenzó a llorar porque tenía hambre, el tipo se desquicio y se levanto de la mesa, yo le suplique no le hiciera nada, que se fuera de mi casa, pero no hizo caso y fue por mi hija la recostó en el sofá y con una almohada la asfixio.
Una vez que mató a mi hija regresó a la mesa y dijo – bueno ahora puedo comer sin ninguna molestia, termino el plato y me dijo - bueno, voy a dormir un poco, no intentes nada si quieres seguir vivo, se recostó en el sofá y se quedo dormido, me quite la camisa, corte una de las mangas y me la amarre en la pierna para detener el sangrado, fui al baño para lavarme la herida, el se despertó y abrió la puerta diciendo – ¿Qué haces pequeña rata?, yo le conteste – lavándome la herida para que no se infecte, el solo hizo un gesto de conformidad y regreso a al sofá a tomar su siesta.
Me quede en el baño intentando asimilar lo que había ocurrido, recordé que había un frasco con cloroformo en el baño que usamos para dormir a nuestro perro Ross que le había dado cáncer y tuvimos que sacrificarlo, tome el frasco y v que todavía tenía bastante líquido, voltee a la tina de baño donde se bañaba mi hijo y había una pistola de agua, a seque por completo con una toalla y le puse el cloroformo.
Salí del baño sin hacer ruido y le dispare el cloroformo, procurando que todo callera cerca de su cara, el se levanto, me apunto con el arma pero para mí fortuna esa cosa actuó casi de inmediato y el tipo cayó al suelo inconsciente, me apresure a jalar una silla y lo senté, fui por una cuerda y lo amarre a la silla, lo desnude y espere para que despertara, una vez que recobro la conciencia se percató de la situación y me dijo.
-Espera, vamos a platicar mira lo de tu hijo fue un accidente, yo no quise matarlo, el arma se disparo solo, bueno lo de tu esposa hasta tu lo hubieras hecho y lo de tu otro hijo pues hasta tu lo hubieras hecho un día que estuvieras de mal humor, es mas hasta te hice un favor, mira te voy a dar todas tus cosas y todo lo que traigo encima, me voy a ir de tu casa y nunca más me volverás a ver, hare lo que tú quieras pero no me mates por favor.
Yo me quede serio, gozando la situación viendo su inmundo cuerpo desnudo, después de todo lo que él me dijo yo le conteste:
- ¿alguna vez has escuchado la frase “no hay un hombre más peligroso que el que no tiene nada que perder”?
- no, pero ha de ser muy sabio el que lo dijo, y como el tu eres sabio.
- mataste a mi esposa, a mis hijos, ¿tú crees que yo tengo algo más que perder?
- sí, tu vida.
- ellos eran mi vida, ahora que lo discernimos juntos ¿crees que tengo algo que perder?, no me contestes, mejor vamos a jugar un juego que se llama “yo decido”, es muy fácil, hasta un imbécil como tu sabe cómo jugar, es muy sencillo por cada respuesta estúpida que me des te voy a hacer algo, “Yo decido” que te voy a hacer.
- pregunta 1¿Por qué lo hiciste?
- no lo sé.
- respuesta incorrecta, me levante cojeando y fui a la cocina por el cuchillo mas grande, regrese y sin más preámbulos le corte la oreja, el gritaba y decía – ¡no!, ¡déjame en paz!.
-te lo voy a preguntar otra vez ¿porque lo hiciste?
- por diversión.
- aprendes lento verdad, esta vez le corte los testículos.
- bueno te lo voy a preguntar una vez mas haber si ahora si le atinas va, ¿porque lo hiciste?
- porque, soy un ¡imbécil loco demente!
- bien hasta que respondes correctamente, ahora no sabes cómo voy a disfrutar esto, fui por mi sierra y para podar el lindo peral que tenemos en el patio, regrese y fui cortándole lentamente la pierna izquierda, el gritaba y mientras más gritaba, más lo disfrutaba, era la venganza que me aliviaba.
Iba a cortarle la pierna izquierda cuando la policía derribo la puerta y sin más me dispararon salvándole la vida al desgraciado que me arrebato a mi familia, por eso me encuentro aquí, en un lugar en donde no debería estar, pero juro que ese maldito va a pagar aunque tenga que resucitar.
Yo le conteste que tal vez había una forma y le hable al diablo, el muy amable llego al instante y le dije – mire señor don diablo te propongo un trato, me quedo aquí en prenda de mi amigo, hare lo que quieras, seré tu sirviente pero deja que Al regrese para que pueda hacer justicia.
El respondió que nunca está de más un sirviente pero que no era suficiente, entonces Al intervino y dijo – te enviare un alma malvada para que te diviertas castigándola, al diablo le brillaron los ojos y dijo – perfecto así se hará.Le pidió a Al que lo acompañara y le habló a Alastor y le pidió que lo llevara al mundo de los vivos y que lo vigilara y que si no cumplía su palabra lo deportara inmediatamente para sufrir durante toda la eternidad, Alastor lo tomo del hombro y se desvanecieron, el diablo regresó conmigo y me dijo – he cumplido mi palabra, ahora te toca cumplir la tuya, serás mi nuevo recolector de almas.
CONTINUA... CAPITULO III
domingo, 22 de junio de 2008
viernes, 20 de junio de 2008
"AL"
CAPITULO I
Lo que estoy por contar sucedió no hace mucho en algún lugar de la ciudad de México, lo expreso así porque no recuerdo el lugar exacto pero de cualquier manera eso no es lo importante.
Conocí a Al un día en un restaurante con mi novia, recuerdo que estábamos comiendo pechugas a la poblana, yo estaba sentado platicando con mi novia y de pronto una familia con un bebe en brazos y otro niño de aproximadamente seis años, se sentaron en la mesa contigua y muy amablemente nos saludaron, mi novia y yo contestamos muy amablemente el saludo y cada quien siguió con sus asuntos.
Conocí a Al un día en un restaurante con mi novia, recuerdo que estábamos comiendo pechugas a la poblana, yo estaba sentado platicando con mi novia y de pronto una familia con un bebe en brazos y otro niño de aproximadamente seis años, se sentaron en la mesa contigua y muy amablemente nos saludaron, mi novia y yo contestamos muy amablemente el saludo y cada quien siguió con sus asuntos.
Mi novia y yo terminamos de comer y salimos, casi al instante salió Al acompañado de su familia, mi novia que por cierto se llama Nancy subió al coche, pero yo no pude dejar de observar a Al, recuerdo que el conducía una camioneta, toda su familia se subió al auto pero a la hora de intentar arrancar no funcionó el coche.
Vi que al se bajo de la camioneta y abrió el cofre del motor para intentar ver el problema como casi todo buen mexicano, pero no pudo por que el coche no trae una flechita que te diga “aquí está el problema” así que me baje del coche y fui a asistirlo, el amablemente acepto mi ayuda pero yo tampoco sabía un carajo de mecánica automotriz.
Solo acerté a darle el número de una grúa y él me lo agradeció mucho, regrese a mi auto y me fui del lugar, una vez que estaba camino a casa de Nancy comenzó a llover casi como monzón, yo no veía nada y por accidente el coche pisó una mancha de aceite y el coche comenzó a girar, yo perdí el control del coche y accidentalmente el auto golpeó a una señora embarazada quitándole la vida casi instantáneamente.
Pero ahí no paro, el coche se estrello contra un poste de luz y desafortunadamente fallecí debido a que un pedazo de metal me atravesó el estomago y salió por la espalda, con los dos minutos de vida que tenia vi que a Nancy no le había pasado nada y me sentí feliz unos instantes después me dio sueño y me dormí.
Desperté en una caverna obscura que olía a humedad, era lo único que percibía angustiosamente me busque la herida ocasionada por el pedazo de metal que me había dado muerte, me sorprendí al no sentir lesión alguna o el pedazo de metal; levante la vista y me recosté para intentar asimilar un poco lo que me estaba pasando.
Estaba ahí recostado cuando entre las sombras vi un destello, algo brillante, me incorpore de inmediato y pude ver que el destello se movía, primero me dio curiosidad y luego me puse nervioso porque el destello venia hacia mí, una vez que estuvo más cerca pude ver un hombre de aproximadamente tres metros de alto y los nervios se transformaron en un miedo una vez que pude ver a detalle a este hombre que tenia la piel pálida más bien de color gris, llena de cicatrices, era un hombre musculoso, era calvo con una prominente barba, llevaba una antorcha en la mano derecha y por el destello de luz pude ver sus ojos de color rojo, sin decirme nada me dio la espalda y comenzó a caminar.
Yo comencé a caminar tras el sin perder mi distancia, me llevo a un gran portón que abrió sin ningún problema y ahí dentro había personas encadenadas a la pared con la ropa hecha girones, sus huesos podían verse por debajo de la piel y algunos tenían heridas recientes que dejaban ver sus entrañas.
Uno de ellos levantó la vista, se me quedo viendo fijamente y comenzó a reírse, esa risa nunca se me va a olvidar, era una risa de burla, casi infernal, seguí caminando y de la nada se me apareció un hombre bien vestido con un taje de color negro, camisa roja y corbata color vino, cabello corto, portaba un bastón en la mano.
Me vio fijamente a los ojos por un buen rato y se dirigió a al hombre enorme que me escolto hasta ahí y le dijo:
-Porque lo haz traído hasta aquí Alastor?
-Escuche de un recién llegado y fui a ver si era cierto y aquí está.
-Bueno, está bien, puedes retirarte Alastor.
Apenas voltee un segundo y este enorme gigante ya se había marchado, en seguida volví la vista al frente y ahí estaba el, parado frente a mí, con la cara pensativa y dijo – bueno, ya estás aquí permíteme presentarme, y soy Lucifer o el señor don diablo, como quieras llamarme; déjame mostrarte el lugar.
Caminamos juntos y me dijo que había ciertos niveles donde las almas iban a pagar sus culpas y que por lo había visto dentro de mi todavía no era mi hora de morir y que lo que había pasado conmigo había sido un accidente, realmente no había querido matar a nadie y que una vez más los del purgatorio habían hecho un pésimo trabajo.
Así que me paso a un lugar un poco más agradable donde había sillas hechas de piedra y me dijo – mejor ponte cómodo, porque puedes pasar mucho tiempo aquí, aunque aquí el tiempo se vuelve algo son valor, ya sabrás de lo que te estoy hablando.
Perdí la noción de los días que habían pasado, para mi empezaba perder el sentido tener un interés por el tiempo, me sentía como el invitado incomodo, de vez en cuando iba a dar una vuelta por el lugar aunque no me alejaba mucho del lugar que me designaron.
Después de un tiempo escuche que se acercaba otra persona, era un hombre de aspecto común sin ninguna característica en particular; el diablo amablemente me dijo – como estas?- a lo que yo respondí – bien mi estancia aquí no ha sido del todo desagradable pero tampoco me ha gustado del todo, el diablo me observó un rato y se fue riendo, como si lo que le dije hubiera sido un chiste.
El hombre se me quedó viendo, sorprendido, estoy casi seguro de que tuvo la misma reacción que yo y me pregunto – cuanto tiempo llevas aquí?, me dio curiosidad por lo que acabas de hablar con el diablo? – y yo le respondí – mucho más de lo que puedas imaginar y al parecer vamos a estar juntos mucho más tiempo aquí, y ya que vamos a estar juntos sería bueno saber tu nombre, el mio es Abram-, el levanto la mirada y respondió – mi nombre es Al.
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