Jack tomo su botella de vino para servirse otra copa mientras veía el cuerpo inerte de su esposa Antonieta, enfrente de la hoguera desangrándose la suave luz de la hoguera se reflejaba en la daga que yacía en la espalda de Antonieta, Jack termino su copa de vino y tomó su botella ya vacía, salió de su estudio hacia el sótano donde estaba su cava.
Mientras recorría el pasillo sintió un escalofrío correr por toda la espalda, abrió la puerta, prendió una vela y para alumbrarse, tomo una nueva botella y regreso a su estudio para pensar que podía hacer con el cuerpo de su esposa, entró al estudio y se llevó la sorpresa de que el cuerpo de Antonieta ya no se encontraba en el suelo.
Ni una mancha de sangre, dejó su botella, se sentó y de pronto sintió el ambiente pesado una lúgubre sombra paso por su espalda, volteo hacia el escritorio y descubrió tres cartas
La primera carta decía:
Hola querida tía Cintia, esta carta es para pedirte consejo sobre el amor, he conocido un hombre de buena familia con modales impecables y apuesto, su nombre es Jack el podría ser sueño de cualquier dama, he salido un par de veces con él y creo que me estoy enamorando, me trata con tanta ternura y en las citas que hemos tenido al mirarme siento todo el amor que él me tiene y por eso he decidido casarme con el dentro de un año, la ceremonia y la recepción se llevartá a cabo en Santa María y la segunda razón es para invitarte a la boda, volveré a escribir para decirte en qué fecha será mi boda pero debo decir que estoy muy emocionada al respecto. Sin más que desearte la mejor de las suertes espero que vengas ese glorioso día porque eres mi tía favorita.
Jack miró alrededor de su habitación como buscando que los muros en su estéril silencio le revelaran una respuesta lógica a lo que estaba viviendo esa noche de invierno; tomo un poco mas de vino, caminó alrededor del cuarto y escucho en el pasillo un cerrarse una puerta, salió rápidamente esperando ver al que se había llevado el cuerpo de que en una época fue su amada pero no vio nada más que la luz de la luna entrando por las ventanas.
Regreso a su cálido estudio levanto la vista el techo y escrito con sangre estaba escrito “el final de mi vida contigo es solo un sueño”, se quedo sin aliento, un horrible escalofrió le recorrió todo el cuerpo y busco su copa de vino la bebió entera y ya un poco más calmado pensó que nadie pudo pasar a la habitación sin que él se diera cuenta y comenzó a gritar - ¡¡sal de ahí maldito, te acabare con mis propias manos, esto no se acerca ni un poco a una broma de mal gusto!!, pero solo se escucho un eco agudo por toda la casa, miró a su escritorio y en medio estaba la segunda carta, la abrió y comenzó a leer:
Querida madre:
Escribo para que sepas como ha ido en estos meses que me la he pasado con Jack, es un hombre maravilloso, su hogar es muy grande y en las noches me recuerda la casa del tío Joseph que de niña me daba mucho miedo pero en fin, tengo todos los lujos que una mujer puede soñar, nuestra vida está resuelta soy muy feliz. Saluda a papá de mi parte. Te ama Antonieta.
Al terminar de leer la carta los ojos se le llenaron de lágrimas y lloro como nunca en su vida, en lo más profundo de su alma, él sabía que su Antonieta lo amaba y que no merecía morir por tan estúpida razón; se tranquilizó volteo y vio la tercera carta, la abrió y la leyó:
A mí amado Jack:
Aún recuerdo cuando salíamos a la plaza a caminar y a platicar de tantas cosas que en ese momento no me importaban lo único que me importaba era pasar tiempo contigo, en lo único que pensaba era pasar el resto de nuestras vidas juntos cada noche nos imaginaba juntos en la cocina tu sentado en una silla mirándome cocinar y yo ansiosa de ir a la cama contigo para estar contigo.
Mi amado Jack aunque nunca pudimos tener hijos tu no dejaste de amarme y de mirarme como la primera vez, tantas noches y días hemos pasado y el gozo de estar junto a ti iba creciendo me diste lo que cualquier persona desearía, me diste lo mejor de ti. Y ya en mi lecho de muerte repetirte lo que como voto matrimonial proclame en la catedral “el final de mi vida contigo es solo un sueño”.
Jack se miró las ropas y las vio manchadas en sangre, la sangre de la mujer que amó, en ese momento tomo su pistola salió al jardín en medio de la noche y en el momento que iba a suicidarse la neblina de su jardín se disipó dejando ver una tumba, el se acerco y vio escrito aquí yace Antonieta Ward amada esposa de Jack Ward, apenas acabo de leer esto una silueta negra apareció frente a él, volteó y ahí estaba su esposa vestida de blanco, Jack impactado cayó al suelo diciendo – no es posible yo te mate, hace unas horas yo te mate, yo te apuñale- a lo que Antonieta respondió - lo se, pase una vida contigo y así me pagas, pero no te preocupes Jack ya te he perdonado, te amo, solo dime la verdadera razón por la que me asesinaste-, - porque no soportaba la idea de que al morir te casaras con otro hombre-.
Te creeré dijo Antonieta ahora te perdono puedes seguir viviendo tu vida tu único castigo será vivir con el corazón atormentado y el alma intranquila, la cara de jack se relajo y dijo – siendo este el último momento de mi vida no pediré perdón a dios porque lo que hice no lo podría perdonar, tal atrocidad solo es castigada con la muerte-, tomo su arma la puso en la cabeza y tiró del gatillo.
Solo el rugido del disparo se escucho haciendo eco ya si terminó la vida de jack, ala fecha sigue en pie su mansión y justo el 13 de noviembre se pude ver la chimenea encendida desde el estudio atreves de la ventana de su estudio y escrito en el techo “el final de mi vida contigo es solo un sueño”.
Mientras recorría el pasillo sintió un escalofrío correr por toda la espalda, abrió la puerta, prendió una vela y para alumbrarse, tomo una nueva botella y regreso a su estudio para pensar que podía hacer con el cuerpo de su esposa, entró al estudio y se llevó la sorpresa de que el cuerpo de Antonieta ya no se encontraba en el suelo.
Ni una mancha de sangre, dejó su botella, se sentó y de pronto sintió el ambiente pesado una lúgubre sombra paso por su espalda, volteo hacia el escritorio y descubrió tres cartas
La primera carta decía:
Hola querida tía Cintia, esta carta es para pedirte consejo sobre el amor, he conocido un hombre de buena familia con modales impecables y apuesto, su nombre es Jack el podría ser sueño de cualquier dama, he salido un par de veces con él y creo que me estoy enamorando, me trata con tanta ternura y en las citas que hemos tenido al mirarme siento todo el amor que él me tiene y por eso he decidido casarme con el dentro de un año, la ceremonia y la recepción se llevartá a cabo en Santa María y la segunda razón es para invitarte a la boda, volveré a escribir para decirte en qué fecha será mi boda pero debo decir que estoy muy emocionada al respecto. Sin más que desearte la mejor de las suertes espero que vengas ese glorioso día porque eres mi tía favorita.
Jack miró alrededor de su habitación como buscando que los muros en su estéril silencio le revelaran una respuesta lógica a lo que estaba viviendo esa noche de invierno; tomo un poco mas de vino, caminó alrededor del cuarto y escucho en el pasillo un cerrarse una puerta, salió rápidamente esperando ver al que se había llevado el cuerpo de que en una época fue su amada pero no vio nada más que la luz de la luna entrando por las ventanas.
Regreso a su cálido estudio levanto la vista el techo y escrito con sangre estaba escrito “el final de mi vida contigo es solo un sueño”, se quedo sin aliento, un horrible escalofrió le recorrió todo el cuerpo y busco su copa de vino la bebió entera y ya un poco más calmado pensó que nadie pudo pasar a la habitación sin que él se diera cuenta y comenzó a gritar - ¡¡sal de ahí maldito, te acabare con mis propias manos, esto no se acerca ni un poco a una broma de mal gusto!!, pero solo se escucho un eco agudo por toda la casa, miró a su escritorio y en medio estaba la segunda carta, la abrió y comenzó a leer:
Querida madre:
Escribo para que sepas como ha ido en estos meses que me la he pasado con Jack, es un hombre maravilloso, su hogar es muy grande y en las noches me recuerda la casa del tío Joseph que de niña me daba mucho miedo pero en fin, tengo todos los lujos que una mujer puede soñar, nuestra vida está resuelta soy muy feliz. Saluda a papá de mi parte. Te ama Antonieta.
Al terminar de leer la carta los ojos se le llenaron de lágrimas y lloro como nunca en su vida, en lo más profundo de su alma, él sabía que su Antonieta lo amaba y que no merecía morir por tan estúpida razón; se tranquilizó volteo y vio la tercera carta, la abrió y la leyó:
A mí amado Jack:
Aún recuerdo cuando salíamos a la plaza a caminar y a platicar de tantas cosas que en ese momento no me importaban lo único que me importaba era pasar tiempo contigo, en lo único que pensaba era pasar el resto de nuestras vidas juntos cada noche nos imaginaba juntos en la cocina tu sentado en una silla mirándome cocinar y yo ansiosa de ir a la cama contigo para estar contigo.
Mi amado Jack aunque nunca pudimos tener hijos tu no dejaste de amarme y de mirarme como la primera vez, tantas noches y días hemos pasado y el gozo de estar junto a ti iba creciendo me diste lo que cualquier persona desearía, me diste lo mejor de ti. Y ya en mi lecho de muerte repetirte lo que como voto matrimonial proclame en la catedral “el final de mi vida contigo es solo un sueño”.
Jack se miró las ropas y las vio manchadas en sangre, la sangre de la mujer que amó, en ese momento tomo su pistola salió al jardín en medio de la noche y en el momento que iba a suicidarse la neblina de su jardín se disipó dejando ver una tumba, el se acerco y vio escrito aquí yace Antonieta Ward amada esposa de Jack Ward, apenas acabo de leer esto una silueta negra apareció frente a él, volteó y ahí estaba su esposa vestida de blanco, Jack impactado cayó al suelo diciendo – no es posible yo te mate, hace unas horas yo te mate, yo te apuñale- a lo que Antonieta respondió - lo se, pase una vida contigo y así me pagas, pero no te preocupes Jack ya te he perdonado, te amo, solo dime la verdadera razón por la que me asesinaste-, - porque no soportaba la idea de que al morir te casaras con otro hombre-.
Te creeré dijo Antonieta ahora te perdono puedes seguir viviendo tu vida tu único castigo será vivir con el corazón atormentado y el alma intranquila, la cara de jack se relajo y dijo – siendo este el último momento de mi vida no pediré perdón a dios porque lo que hice no lo podría perdonar, tal atrocidad solo es castigada con la muerte-, tomo su arma la puso en la cabeza y tiró del gatillo.
Solo el rugido del disparo se escucho haciendo eco ya si terminó la vida de jack, ala fecha sigue en pie su mansión y justo el 13 de noviembre se pude ver la chimenea encendida desde el estudio atreves de la ventana de su estudio y escrito en el techo “el final de mi vida contigo es solo un sueño”.